El Parlamento de Turkmenistán está examinando actualmente un proyecto de ley destinado a introducir un sistema de visado electrónico, una medida que podría suponer una apertura significativa para un país cuya política de visados ha sido tradicionalmente considerada una de las más restrictivas de la región.
Durante la octava sesión de la séptima legislatura del Mejlis (el Parlamento nacional), los diputados turcomanos analizaron un proyecto de ley titulado «Sobre las modificaciones y adiciones a la Ley de Turkmenistán sobre Migraciones». Esta reforma, que aún se encuentra en fase de debate, podría dar lugar próximamente a la implantación de un sistema de expedición electrónica de visados.
Si el texto se aprueba en los próximos meses, sentaría las bases para un mecanismo de entrada al país más ágil y modernizado.
«La introducción activa de tecnologías de la información en diversos sectores de la economía, la creación de infraestructuras informáticas seguras y el aumento del número de servicios digitales figuran entre las prioridades de los programas nacionales», explican las autoridades turcomanas. Según afirman, «se están desarrollando y actualizando de forma continua sistemas de información para el registro, procesamiento y almacenamiento de datos dentro del Servicio Estatal de Migración de Turkmenistán».
«En este sentido, el proyecto de ley contempla las normas para la expedición de un documento electrónico —un visado electrónico— emitido a través del sistema de información por los órganos estatales competentes, que permitirá a ciudadanos extranjeros y apátridas entrar en Turkmenistán, permanecer en su territorio, salir de él y transitar por el país», añaden.
Una esperada simplificación de los requisitos de entrada
La implantación de un visado electrónico supondría un cambio importante para Turkmenistán, un país cuyas formalidades de entrada son actualmente de las más complicadas de Asia Central.
Obtener un visado turcomano suele implicar trámites largos y complejos, entre ellos la obligación de presentar una carta de invitación, realizar el proceso exclusivamente de forma presencial y afrontar plazos variables. Por ello, el visado turcomano es considerado uno de los más difíciles de conseguir en la región. De aprobarse la nueva ley, la introducción de una plataforma digital para la solicitud de visados representaría un cambio notable en la política de entradas internacionales del país.
Un movimiento en sintonía con la dinámica regional
Este proyecto se enmarca en una tendencia regional más amplia, en la que los países de Asia Central están adoptando medidas para facilitar la movilidad de los viajeros. Algunos países vecinos, como Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán, ya han implantado sistemas de visado electrónico.
Además, se está considerando la creación de un visado común para Asia Central, inspirado en el modelo Schengen europeo, con el objetivo de facilitar la circulación de personas y fomentar el turismo.
Una política de visados aún muy controlada
Actualmente, todos los ciudadanos extranjeros deben obtener un visado para entrar en Turkmenistán.
La solicitud se realiza, por lo general, a través de embajadas o consulados turcomanos y requiere la presentación de una carta de invitación aprobada por el Servicio Estatal de Migración. Dicha solicitud debe ser tramitada por una entidad local (una agencia de viajes, empresa, institución o particular).
Existe la posibilidad de obtener un visado de 10 días a la llegada a Turkmenistán, en el aeropuerto internacional de Ashgabat entre otros lugares, también previa presentación de una carta de invitación oficial.
El proceso de solicitud varía según el perfil del solicitante y el canal utilizado, y puede conllevar largos plazos administrativos. Además, una vez dentro del país, el desplazamiento por determinadas zonas puede estar restringido y requerir permisos especiales.
En este contexto, la introducción de un visado electrónico supondría una verdadera simplificación administrativa para los visitantes, al tiempo que contribuiría a hacer el país más accesible desde el punto de vista turístico, cultural y económico.